Sergio Lehmann

Desafíos para 2016: ¿Dónde aprieta el zapato?

Por: Sergio Lehmann | Publicado: Viernes 11 de diciembre de 2015 a las 04:00 hrs.
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Estamos ya próximos a cerrar 2015. En lo económico no fue un buen año, destacando el magro crecimiento, la caída de la inversión y las persistentes bajas cifras de confianza. El entorno externo no ha sido favorable, especialmente dada la fuerte caída en el precio del cobre, pero factores locales han jugado un rol primordial, explicando cerca de la mitad de la desaceleración económica chilena. Es precisamente allí donde más duelen los pies.

Una de las tantas claves para la felicidad, de acuerdo a la evidencia provista por psicólogos de reconocido prestigio, contempla simplemente usar zapatos cómodos. Si aprietan, bien sabemos, el camino se hace tortuoso y lento. Hacia un mayor desarrollo, entonces, Chile debe calzar zapatos confortables, suficientemente blandos, no sólo para apurar el tranco, sino que, ojalá, para correr. ¿Qué significa esto? Como principales desafíos para 2016 requerimos restablecer las confianzas, fortalecer la ética empresarial y poner en práctica la agenda de probidad que se ha venido discutiendo desde hace ya largo rato. No es una tarea fácil, todos los sectores sociales tienen responsabilidades, pero sin duda esto es clave para crecer más cerca de nuestro potencial, en torno a 3%, una cifra que de todas formas es aún mezquina.

Qué duda cabe de que es necesaria una reforma educacional profunda. Pero los cambios adoptados se han centrado en el financiamiento, dejando de lado la calidad. Esta se encuentra por debajo de lo que exige un mundo más complejo y competitivo, de forma de elevar nuestra productividad, competir con mejores atributos en los mercados externos y reducir las enormes desigualdades de ingreso que persisten en nuestro país. De la mano con ello, observamos que la inversión en investigación y desarrollo en Chile es extremadamente baja, en torno a 0,4% del PIB. Debemos multiplicarla por al menos 10, de forma de alcanzar cifras más cercanas a las que exhiben las economías avanzadas. En este ámbito, a través de asociaciones entre empresas y universidades, el foco debiera ponerse en generar un mayor valor agregado a los abundantes recursos naturales que disponemos. Esto permitiría quedar menos expuestos a los vaivenes de precios que muestran los productos básicos. De igual forma, es importante sostener la flexibilidad de los mercados, de forma de adaptarse a los shocks económicos. Para moverse en esa dirección se requiere de pasos sólidos y bien planificados. La improvisación genera desconfianzas y dudas, lo que nos lleva a zapatos más duros y pesados.

2016 será nuevamente un año de bajo crecimiento. La inflación irá gradualmente cediendo, pero el desempleo aumentará. El escenario externo, en tanto, mantendrá una alta volatilidad, abriendo nuevos desafíos a las autoridades económicas, políticas y empresariales. Pero más allá de eso, y la realidad de tener que lidiar con este escenario, debemos dirigir el grueso de nuestras energías a mejorar los pilares que sustentan el desarrollo, apuntando a fortalecer la productividad, la flexibilidad de los mercados, la ética en los negocios y la seguridad, tanto ciudadana como legal. ¡Caminemos con zapatos más cómodos y livianos que nos hagan sentir más alegres y mejor encaminados hacia el futuro!

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